Decisiones

La vida está llena de decisiones. 

Decisiones grandes y pequeñitas. 

Cada uno de los días, lo que me sucede será a partir de una sola decisión, y dependiendo del tamaño de la decisión, será el impacto que tendrá en mi existencia.

¿Hoy me baño en la mañana o en la noche?; ¿acepto salir o quedarme en casa (como a mí me gustaría)?; ¿café con leche o solo?; ¿automático o estándar?; ¿me corto el cabello o solo lo despunto?; ¿presentó el examen?; ¿compro una casa o un terreno?; ¿un hijo, o dos?; ¿prometo amarte para toda mi vida?...

Nunca me enseñaron a tomar decisiones. 

Creo que a ninguno de nosotros. 

Y por lo general aprendemos a quedarnos con lo que viene y en la forma que venga. Lo aceptamos.  Nos conformamos. Y entonces nos hacemos responsables (aunque no nos guste, en realidad no nos queda de otra) de eso con lo que nos quedamos, y más importante y difícil aún: con sus consecuencias. 

Pero... ¿qué habría pasado si de pequeña hubiera aprendido a decidir?, ¿Donde estaría ahora?, ¿sería alguien diferente? 

Podría desear mil cosas, pero desear no cambia nada. Decidir lo cambia todo. Hoy estoy donde acepté estar. Donde mis decisiones me llevaron. Soy el resultado de esos pequeños o grandes cambios, Y no me arrepiento de ninguno de ellos.